La Sorprendente historia del sorprendente Hombre-Araña Mexicano

¿me crearán si les digo que El Hombre-Araña es mexicano? 

En 1963, 3 meses después de la creación de Spider-Man en USA, la editorial de periódicos La Prensa S.C.L. adquirió los derechos de publicación para toda Latinoamérica del trepamuros convirtiéndose en los primeros en publicar en habla hispana un comic Marvel, incluso llegando a distribuir material en español en los mismos Norteamérica para el público hispano. El éxito fue automático teniendo que pasar de un periosidad mensual a quincenal para suplir la demanda de los lectores, pero ese cambio no hizo más que alcanzar a la edición americana del comic. 

¿Que harían los editores de La Prensa? Primero fue volver al formato mensual y después el mismísimo director de La Prensa viajó a las oficinas de Marvel en New York para conseguir un permiso especial para producir en México capítulos propios, fuera del universo normal y hecho por autores mexicanos. A su entrevista, el director, llevo un portafolio de muchos autores para presentarselos a Marvel. Extrañamente en Marvel aceptaron la propuesta e incluso escogieron a un dibujante que se haría cargo de ello: José Luis Durán. 

Así, a partir del número 123 del Sorprendente Hombre-Araña se comenzó a publicar historias 100% hechas en México, en total se contabilizan 45 episodios mexicanos, escritos en su mayoría por Raúl Martinez y con dibujos del ya mencionado José Luis González Durán. Además, Durán dibujó más de mil tiras del personaje creado por Stan Lee y Steve Ditko; reemplazado en algunas ocasiones por Roberto Ávila. En esa misma era, también se publicaron aventuras de Nick Fury hechas en México, dibujadas por Ramiro Zittle.

Las historias eran totalmente aparte y existían en su propia realidad, entre las diferencias podríamos contar con que Gwen Stacy no estaba muerta y que además estaba casada con Peter, que personajes como HOMBRE de Hierro, Hombre Gigante eran villanos y no héroes y que uno de sus archienemigos más recurrente era El Puercoespin. 

La Prensa publicó su propio material del Hombre-Araña hasta 1974 cuando tuvo que cerrar, pero la posta fue retomada por otra editorial con dibujos del mismo Durán. 

Sin duda este fue un caso inédito en la historia de los cómics de superhéroes.