Amor en tiempos ñoños: El noviazgo más largo de la historia
Ahhhhh (suspiro) el amor… ese sentimiento tan lindo que nos hace ser mejores personas (y a veces peores) de lo que somos normalmente. Los personajes de los comics no son ajenos a ese sentimiento y mes a mes vemos como, a parte de luchar con el malo maloso de turno, tienen problemas amorosos igual que nosotros los lectores.
Un caso emblemático de romance en los comics es el de Superman y Lois Lane. Creados ambos en el mismo comic desde ese momento comenzaron a mostrar la dinámica del gato y el ratón, tanto que Lois se convirtió en el molde de la eterna novia en apuros del héroe, desde ella en adelante todo héroe tendría su “Lois Lane”. Pero los escritores supieron colocarle pimienta a esta relación creando varias némesis amorosas a la sufrida reportera, Lana Lang, Lori Lemaris y en el último tiempo Lady Máxima. En los años ‘50s las historias de Superman se reducían a la premisa de tener que elegir entre Lois y Lana.
Una de las cosas valorables de la llegada de John Byrne a Superman a mediados de los ‘80s fue la maduración del personaje, pero no solo maduro el ultimo hijo de Kripton, también lo hizo Lois, ya no era la damisela en apuros, la eterna secuestrada, ahora era una intrépida reportera, empoderada, que iba tras lo que quería y no descansaría hasta obtenerlo. Parte de ello fue el amor de Clark Kent tanto que terminaron comprometiéndose y, después de la muerte y regreso de Superman, contrayendo matrimonio en 1996.
Aunque con el rebot que ocurrió después de Flashpoint el matrimonio fue disuelto como si nunca hubiera pasado y vimos cómo se consumó el fetiche sexual de muchos frikis granudos vírgenes de ver a Superman junto a Wonder Woman, la presión de los lectores pudo más y después de la extraña aventura “Los Últimos Días de Superman” donde (vuelven) a matar a ese Superman para reemplazarlo por el Superman de siempre casado con Lois Lane y que ahora tienen un hijo –Jon- y vuelven a ser felices comiendo perdices por siempre (¿?)
Un caso emblemático de romance en los comics es el de Superman y Lois Lane. Creados ambos en el mismo comic desde ese momento comenzaron a mostrar la dinámica del gato y el ratón, tanto que Lois se convirtió en el molde de la eterna novia en apuros del héroe, desde ella en adelante todo héroe tendría su “Lois Lane”. Pero los escritores supieron colocarle pimienta a esta relación creando varias némesis amorosas a la sufrida reportera, Lana Lang, Lori Lemaris y en el último tiempo Lady Máxima. En los años ‘50s las historias de Superman se reducían a la premisa de tener que elegir entre Lois y Lana.
Una de las cosas valorables de la llegada de John Byrne a Superman a mediados de los ‘80s fue la maduración del personaje, pero no solo maduro el ultimo hijo de Kripton, también lo hizo Lois, ya no era la damisela en apuros, la eterna secuestrada, ahora era una intrépida reportera, empoderada, que iba tras lo que quería y no descansaría hasta obtenerlo. Parte de ello fue el amor de Clark Kent tanto que terminaron comprometiéndose y, después de la muerte y regreso de Superman, contrayendo matrimonio en 1996.
Aunque con el rebot que ocurrió después de Flashpoint el matrimonio fue disuelto como si nunca hubiera pasado y vimos cómo se consumó el fetiche sexual de muchos frikis granudos vírgenes de ver a Superman junto a Wonder Woman, la presión de los lectores pudo más y después de la extraña aventura “Los Últimos Días de Superman” donde (vuelven) a matar a ese Superman para reemplazarlo por el Superman de siempre casado con Lois Lane y que ahora tienen un hijo –Jon- y vuelven a ser felices comiendo perdices por siempre (¿?)
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